Discapacidad física – Historias (cortas) de cuarentena

Los nombres de las personas de estas historias de cuarentena son inventados, aunque sus historias son reales, contadas a través de la línea telefónica, durante el confinamiento del covid-19. 

Y a veces es el cuerpo el que no puede más. Y cuando esto ocurre, se disparan los pensamientos, esos que nos llevan a pronosticar lo peor para uno mismo y para los otros, casi siempre pensamientos catastrofistas y generalizados. El resultado siempre es el mismo, las emociones se disparan y en forma de angustia, ansiedad, depresión, obsesiones o crisis de ansiedad, se convierte en insomnio, nudo en la garganta, nostalgia, en dudas, insatisfacción, tristeza, y se expresan en el cuerpo en forma de taquicardias, dolor de estómago, dolores de cabeza o musculares, falta de sueño o de apetito.

La historia de Laura de 41 años es una historia de superación. Con una discapacidad física del 65% y diagnosticada de fibromialgia, vive sola, a más de 500 km de su familia de origen, porque el clima más templado de esta región le beneficia para su enfermedad. Le fue concedida la invalidez hace 10 años, anteriormente trabajó como cooperante y secretaria. 

Necesita de la ayuda constante de los servicios sociales para realizar cualquier actividad como lavarse el pelo, para lo que tiene que acudir a la peluquería. También para ir regularmente a un fisioterapeuta por los dolores musculares que padece. Y para moverse lo tiene que hacer en taxi porque no puede soportar el dolor que le produce el movimiento de autobús o tren. 

Presenta un largo historial de enfermedades casi desde su primera infancia. Con cinco años sufrió úlcera de estómago. En la adolescencia fuertes dolores musculares. Operada de hernias y con artritis severa.  Intolerante a la medicación o a la morfina, solo puede tomar paracetamol que apenas le reduce el dolor.  Está diagnosticada de depresión crónica reactiva por la unidad de psiquiatría. 

Desde que comenzó el confinamiento no dispone de ayuda y se siente peor, también más sola. Tiene pensamientos recurrentes sobre su situación y sobre su familia que está lejos. Su padre necesita de cuidados intensivos por secuelas tras un infarto y su madre es quien se ocupa de él. Es por ello que Laura no se plantea irse a vivir con ellos, porque además de la humedad de ese entorno, no quiere ser una carga más. Tiene una hermana 4 años mayor que ella, pero apenas tienen relación, dice que por celos desde que eran pequeñas por la enfermedad que padecía Laura y la atención que ésta requería. 

Llora durante toda la sesión y piensa que no tiene salida. Duerme una media de 3-4 horas y casi siempre de día. Se pasa toda la noche visionando series. Solo come comida precocinada. Fuma en exceso.  Ha llegado a contemplar la posibilidad de la eutanasia, cuando llegue el momento y sea factible.  

Intervención:

Sería imprescindible una intervención terapéutica psicológica continuada para modificar pensamientos recurrentes y aliviar síntomas depresivos.

Desde esta ayuda psicológica online, caben algunas pautas de psicoeducación y herramientas de relajación muscular progresiva. 

Establecimiento de rutinas diarias. 

Se le proporcionan varios teléfonos de ayuda asistencial. 

Porque…detrás de un síntoma siempre hay una historia.


Imagen:  Rosa Rosado

2 respuestas a “Discapacidad física – Historias (cortas) de cuarentena

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