Refuerzo o castigo

Algunos padres preguntan: refuerzo o castigo en la edad infantil o adolescencia. Y es que ser padres no es tarea fácil.

Nunca he entendido el refuerzo como castigo o premio por la realización de tareas: labores domésticas, tareas escolares, etc.  He defendido mucho más la colaboración, la integración de todos los miembros de la familia, el apoyo mutuo, la necesidad que tenemos los padres de recibir también el apoyo de nuestros hijos. Pero sobre todo el respeto por la convivencia en la que todos salimos reforzados: ellos mismos en el camino hacia la autonomía e independencia y nosotros a concluir, en parte, una tarea de educación como padres.

Y porque no hay dos personas iguales, y por tanto dos adolescentes con las mismas inquietudes, identidades, personalidades…es que nuestra tarea como padres también tiene que ser distinta: a un hijo seguramente tendrás que darle “cancha” para que tenga más iniciativa, para que se lance más…y a otro, al que le “sobra” iniciativa, habrá que “sujetarle” un poco más. Pero con ambos, siempre mediante el diálogo y la comunicación.

La adolescencia es una etapa en la que se dan cambios emocionales, es una edad repleta de cambios rápidos en su estado emocional, una gran necesidad de privacidad por parte de los adolescentes y una tendencia a ser temperamentales. También los cambios físicos al igual que los emocionales tienen una carga importante en esta fase.

Las bases de una buena relación entre los adolescentes y sus padres se gestan ya desde el momento en que éste nace, siendo de suma importancia la etapa infantil y la primera adolescencia. La labor de los padres en estas fases pasaría por una buena comunicación, afecto,  fomento de la autonomía y la responsabilidad que ayudarán a  que este tránsito entre la adolescencia última y la edad adulta no sea ni muy difícil ni tan caótica como los medios de comunicación difunden.

Opino que no es necesario el control, tal como se entiende, cuando existe la comunicación continua y el apoyo necesario. Es un ejercicio de todos los componentes familiares, el de promover el respeto, la empatía, porque a veces también los padres, que antes fuimos adolescentes tenemos que saber ponernos en su lugar y dejar ese espacio y esa necesidad de alejamiento que la edad adolescente necesita.

En el estilo de educación autoritario o democrático en el ámbito familiar podríamos encontrar algunas pautas, pero éste ya sería un tema para otro post.

Imagen: Rosa Rosado


 

 

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