Cómo tomamos las decisiones

En nuestra vida cotidiana las decisiones que tomamos no siempre implican la lógica racional. En muchos casos no contamos con toda la información relevante, ni podemos cuantificar los pros y los contras, incluso las decisiones son igual de atractivas o no atractivas, y las consecuencias de tomar una u otra decisión es una cuestión de probabilidades más que de certezas. A todo esto hay que añadir las circunstancias sociales, afectivas y motivacionales con las que nos encontramos en el momento de realizar la tarea, así como el lugar y los materiales de los que disponemos, que influyen de manera importante en nuestro razonamiento.

Por lo tanto, la mayoría de nuestras decisiones cotidianas implican un alto grado de ambigüedad y por ello confiamos en estrategias cognitivas para tomar decisiones. Estrategias como la representatividad que nos lleva a hacer juicios de probabilidad de acuerdo con el grado de similitud entre un dato y un modelo, por ejemplo. Otra estrategia sería la accesibilidad, que es el procedimiento que ponemos en marcha para acceder a recuperar o asociar datos de nuestra memoria, que aunque puedan contener errores o sesgos importantes tienen gran relevancia en los juicios de probabilidad, frecuencia y causalidad.

A la hora de abordar las diferentes situaciones de nuestra vida ponemos en marcha un proceso mental, entra en escena el pensamiento. Pero no todos los tipos de pensamiento tienen el mismo resultado a la hora de enfrentar un problema.  Por ejemplo, un tipo de pensamiento es aquel que implica el razonamiento deductivo y que contiene, a menudo, un sesgo de confirmación, tendencia que sigue nuestras propias creencias, es decir, nos aferramos a la información que las sustenta, las personas nos negamos a reconocer la evidencia que contradice nuestras hipótesis, y no sería por si solo un modelo para dar solución a problemas cotidianos en los que los factores contextuales en una dimensión socio-histórica del pensamiento tiene una gran relevancia.

También utilizamos otro tipo de pensamiento u otras teorías para enfrentar los problemas, como la teoría del procesamiento de la información, mediante la estrategia de análisis medios-fines, descomponiendo el problema en subproblemas y solucionándolos de manera ordenada hasta la resolución final. O considerando la experiencia pasada en la resolución de problemas previos para resolver los nuevos.

El pensamiento reflexivo, la creatividad en la resolución de problemas de la vida cotidiana, donde el contexto tiene un papel relevante, como decíamos anteriormente, se merece un capítulo aparte, ya que además de la creatividad propia de las personas, la educación, como contexto tiene también una gran importancia a la hora de aprender a pensar en forma creativa.


Imágenes: Rosa Rosado

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