Motivación o deseo

Cubiertos los motivos o las necesidades primarias, esto es, aquellas necesidades que hay que cubrir para la supervivencia de la especie, de acuerdo a la pirámide de Maslow,  como el hambre, la sed, o la adaptación ambiental, se podría pensar en los motivos sociales o secundarios, es cuando hablamos de la motivación.

Sin embargo no hay que confundir motivación y deseo. Cuando hablamos de motivos sociales, estamos hablando de aquellos que no son necesarios para la supervivencia del individuo, y sin embargo están estrechamente relacionados con conflictos motivacionales, con consecuencias conductuales y emocionales que estos motivos generan.  O la frustración cómo fenómeno motivacional generador de consecuencias como la agresividad, la fijación o la regresión.

En la motivación interviene un trabajo de construcción de representaciones mentales por parte del individuo, bien sea deportista, estudiante…etc, en las que se ponen en juego aspectos tales como la motivación de logro, que podría explicar el porqué algunas personas tienden a hacer bien las cosas y se esfuerzan en su deseo y otras tienden a conformarse con lo que tienen. Este motivo de logro se orienta a futuro y estaría relacionado con la planificación o el esfuerzo para lograr una meta. El motivo de afiliación, lo podríamos relacionar con la necesidad humana de afiliación, o de búsqueda de compañía de los otros.  Y por último el motivo de poder tendría una conexión con la necesidad de sentirse fuerte, de ejercer el dominio y mantener esa autoridad sobre otras personas o sobre el mundo.

El deseo del individuo es un deseo inconsciente. Desear no significa “querer algo”, querer un objeto, cubrir una necesidad, porque entonces estaríamos hablando de la necesidad biológica, que podríamos equiparar a la motivación primaria en el concepto de motivación que antes señalaba. El deseo se caracteriza por la falta, no responde a ningún ciclo biológico que hay que satisfacer, sino a la experiencia de desear algo, es una fuerza que nos impulsa a buscar “ese algo que nos falta”, que también podríamos definir como pasión, que aun habiendo conseguido las metas propuestas o no, nos mueve a seguir deseando.

La motivación se puede entrenar con diferentes técnicas, no así el deseo, que solo con la búsqueda por parte de cada sujeto podrá encontrar aquello que desea. Incluso se podría decir que al deseo, o la pasión no hay que empujarlo ya que éste es el motor de nuestra existencia. Y cuando lo que falla es el deseo y no la motivación, hay que buscar más allá, haciendo surgir la verdad de cada uno en cuanto a aquello que nos sucede, ya que la respuesta está en uno mismo.  Como dice nuestro blog “un encuentro con la verdad solo accesible a aquellos que quieren saber sobre su verdad».


Imágenes: Rosa Rosado

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