Habilidades sociales y relación de pareja

Las habilidades sociales son un conjunto de conductas y comportamientos que se adquieren para dar respuesta y resolver de manera rápida los problemas o situaciones a través de sentimientos, actitudes, deseos u opiniones de manera adecuada a la situación y respetando esas conductas en los otros.

Sin quitar importancia a los factores genéticos y hereditarios, las habilidades sociales se adquieren mediante el desarrollo cognitivo y el aprendizaje desde la infancia en un ambiente que tiene una gran relevancia, donde tanto padres, como tutores o profesores son los agentes determinantes y más influyentes en el proceso de adquisición de las más básicas habilidades sociales.

Dejando al margen las habilidades sociales relacionadas con la autonomía personal (aseo, comida, vestido…), y sin restar la importancia suficiente para un comportamiento adecuado, las habilidades de interacción social aprendidas en la infancia van a marcar de alguna manera los estilos inhibido-pasivo, agresivo, o asertivo, de comportamiento social en la edad adulta.

Una de las habilidades sociales que serán determinantes en la interacción con los otros es la capacidad de comunicación que tengamos para relacionarnos con los demás de manera satisfactoria y en cualquier entorno como la familia, los amigos, en el trabajo, en la comunidad…entre otros ambientes de interrelación social. Hay habilidades que son básicas o más fáciles de manejar o que requieren de un mínimo entrenamiento, como son la escucha, el respeto por los turnos de palabra, cómo formular una pregunta, cómo presentarse o cómo ser agradecido.

Otras habilidades sociales más complejas tienen que ver, en parte, con la historia personal, la cultura o los valores que se han transmitido de generación en generación, como la empatía, la inteligencia emocional, la negociación, la capacidad de resolución de problemas, el desarrollo de competencias, la asertividad, la capacidad de expresar emociones, de disculparse, de sentir compasión, de una mirada que reconozca los derechos propios y ajenos…

La relación de pareja y las habilidades sociales son indisociables. Si el deseo y el compromiso están presentes en la relación de pareja para mantenerla estable, no hay que subestimar la comunicación (o la falta) que en muchas ocasiones es la causa de conflicto que acaba en una mala relación. La cuestión no son los problemas que aparecen en toda relación de pareja y que son el día a día de la convivencia, o el conflicto tan necesario para el mantenimiento de la singularidad de cada uno. Cuando dos están de acuerdo en todo y piensan igual, uno de los dos piensa por ambos. La diferencia está en cómo se resuelven esos problemas y ahí es donde entran las habilidades sociales y la comunicación.

Lo importante es escuchar antes de responder y hacerlo transmitiendo lo que se quiere decir sin que el otro se sienta ofendido o molesto. No interpretando, preguntando directamente o reformulando lo escuchado para dar la oportunidad al otro de expresar lo que quiere decir y a uno mismo de saber si se ha escuchado bien lo que el otro ha dicho. Confiando y no imponiendo su criterio, dejando que el otro sea un otro sin restarle su singularidad, sin desotrarlo. Practicando la mirada apreciativa para destacar su potencial y no sus limitaciones, porque tu mirada puede transformar a las demás personas pero también a ti mismo y te permitirá ver cómo cambia la realidad de tu vida reconociendo lo bueno para construir un mundo más amable, para que el dolor de la desavenencias sea solo eso, dolor, y no se convierta en sufrimiento eterno.


Imagen: Rosa Rosado

Deja un comentario

Blog de WordPress.com.

Subir ↑