COVID-19, no es igual para todos

Si hay algo de lo que hoy se puede prescindir es de las opiniones (también de la mía) porque la mayoría de las veces son reduccionistas, se reducen al ámbito del que padece la situación que está viviendo, otras muchas son desinformación y otras solo buscan desestabilizar, provocar el miedo a perder nuestro mundo, un miedo que paraliza y frena cualquier acción, apareciendo la angustia que es un peligro indeterminado que produce desequilibrios respiratorios, cardiacos o motores o en nuestra psique con problemas de sueño o desasosiego.

La actualidad no golpea por igual a todas las personas, como sí lo hace una pandemia de estas características, que no mira ni el color, ni la raza, ni el estatus, la religión o los principios de quien se ve afectado por ella. Por eso hoy más que nunca necesitamos respuestas, y para eso sobran las (muchas) opiniones. Es preciso preguntarse a todos los niveles, individual o colectivo:

Cómo confinarse en casa cuando la realidad no es la misma para todos (pobreza, campos de refugiados, exclusión social,…); o cuando además del confinamiento existe el hacinamiento? ¿Cómo llegar a comprender que ahora hay que quedarse en casa cuando a menudo eres desahuciado o vives en la calle por falta de acceso a la vivienda?

 ¿Cómo perder un trabajo si hace tiempo que ya nadie te contrata; si por ser inmigrante, empleada de hogar o sin contrato, mayor de 55 años o personal con baja cualificación, vives en la precariedad y eres despedido sin opción a un ingreso mínimo?

¿Se agrava la brecha educativa en tiempos de confinamiento? ¿Llegan todas las capas sociales a un acceso telemático? ¿Es igual la sanidad para todas las personas en tiempos de pandemia? ¿Hay una sanidad para ricos y otra para los pobres?

¿Son los mayores hoy más visibles a partir de su muerte? ¿Por qué se mueren hoy tantos mayores en soledad y alejados de sus familias? ¿Deberíamos ir hacia otro modelo de familia? ¿Qué efecto emocional tendrá ese desenlace en las familias que han perdido a sus mayores en tales circunstancias?

¿Hará esta situación más ricos a los ricos y más pobres a los pobres? ¿Será el mundo igual de solidario y primarán los valores éticos tras la pandemia?

Es momento de aplicar los tiempos lógicos, esos que Lacan nombraba como El instante de ver, El tiempo de comprender y El momento de concluir. Aún está lejos el momento de concluir, somos reos de la incertidumbre del momento. Es necesario ejercer nuestra responsabilidad más que tener ese oscuro deseo de un ente que lo solucione todo “con mano firme”, mientras vivimos esta transitoriedad de silencio, de aplausos, de hiperactividad en el uso del mundo virtual, de deseo de ocuparse, de cuidarse, de cuidar, de mantenernos juntos…Es el instante de ver y el tiempo de comprender cómo el Estado de Bienestar afectará a los grupos sociales más desfavorecidos desde todos los ámbitos, económico ideológico y moral.

Es momento también de repensar los vínculos sociales, de comprender que no es posible vivir sin el otro y reconocer nuestra responsabilidad individual en una situación colectiva, de manera que juntos podamos construir colectivamente las defensas necesarias. Ahora, pero también después, mantengámonos juntos,  que sigan los aplausos, la solidaridad, la empatía, la generosidad, la ayuda…todos juntos impediremos que el virus golpee más fuerte a los más vulnerables ahora y luego.


Imagen:  Rosa Rosado

2 respuestas a “COVID-19, no es igual para todos

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  1. Preguntas que no tienen una respuesta sencilla y que se contestan de un modo muy diferente según la perspectiva en que cada cual las sitúa. Ojalá que la unión sin fisuras que se siente a diario en los balcones de las casas no se rompa al quedar vacíos cuando no hagan falta más aplausos. Gracias por la entrada.

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