Abuelos y abuelas hoy

Con la incorporación de la mujer casada al mercado laboral nos encontramos con unos abuelos y abuelas hoy proveedores del cuidado de los nietos. En la sociedad actual existe un diferente grado de implicación con estilos tales como actuar como figuras simbólicas con una relación esporádica y compartir de manera afable un tiempo con los nietos y divertirse con ellos, o bien la de los abuelos totalmente implicados, incluso en labores de crianza en algunos casos de separación, por ejemplo.

La incorporación de la mujer al mercado de trabajo implica en las familias la negociación de las responsabilidades familiares, que además del reparto de las tareas domésticas también se ocupan del cuidado de los miembros dependientes, en este caso de los abuelos, si es necesario, aunque en la práctica son todavía las mujeres las que, en mayor medida, están a cargo de la vejez de sus padres.

En la sociedad actual, la función de los abuelos tiene un componente claramente diferenciador con respecto a una época anterior en la que el periodo que duraba ser abuelo no se dilataba más allá de unos pocos años. La prolongación de la esperanza de vida modifica de alguna manera las condiciones de vida de la sociedad y por tanto está generando nuevas demandas sociales que trasforman los diferentes ámbitos sociales: economía, asistencia sanitaria, actividad social, ocio, las relaciones familiares, el consumo, la política…

También la imagen o los estereotipos para definir a las personas mayores no se ajustan a la realidad, ya que la mayoría de éstos viven de forma independiente, y con un alto grado de satisfacción y vitalidad. Si bien es cierto que en esta etapa la “pérdida” de algunas funciones vitales en su componente físico, así como el deterioro que es inevitable en esta edad, podemos hablar de un envejecimiento normal (consecuencia del paso del tiempo) o un envejecimiento patológico, en el que los cambios son consecuencia de la enfermedad.

La idea de una vejez pasiva ha quedado obsoleta; ahora son cada vez más las personas mayores que empiezan a estudiar en la universidad, o se inician en un deporte, se casan en primeras, segundas o terceras nupcias, o practican una sexualidad.  Así los abuelos que ahora suelen tener mucho tiempo libre, pueden dedicar ese tiempo a seguir aprendiendo cosas de la vida.

Los abuelos, al igual que otros familiares cercanos deberán representar figuras protectoras para los niños, sin interferir en su educación ni asumir funciones que correspondan a los padres, ya que pueden llegar a contradecir la línea educativa que los padres quieren para sus hijos.

No toca juzgar en este post la labor que realizan algunos abuelos, pero unos abuelos (en gran mayoría abuelas) que se apropian literalmente del nieto desde el momento en que nace y trata de sustituir a su hija en nombre de la experiencia tiene otras connotaciones más allá del simple “amor” al niño. Son madres dominantes cuyas hijas no pueden liberarse y se sienten sometidas. Las consecuencias pueden ser , por un lado una falta de asunción de responsabilidades por parte de la hija, una posición del padre que o bien sufre la distorsión o intromisión o, pierde posiciones como padre en una situación confusa.

Bien se trate de una relación esporádica o de una implicación al completo, lo que si es necesario, es establecer el contacto frecuente por parte de los abuelos con los hijos y nietos como fuente de gratificación emocional. Por parte de los padres facilitar el rol de los abuelos para que éstos proporcionen a los nietos la continuidad con el pasado y sean, asimismo, una alternativa como modelo a aprender e imitar.

Imágenes: Sandra Rosado

 

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