Si nos educas igual, seremos iguales

El feminismo hoy y el de ayer aún a pesar de perseguir un mismo fin, que es el de visibilizar a las mujeres en todas las áreas de la vida, ocupadas en la mayor parte por hombres hasta hace muy poco,  y conseguir la igualdad de derechos, tiene grandes, o al menos, algunas diferencias importantes en su recorrido. Diferencias que nos deben llevar a una reflexión.

Algunas posiciones feministas de los últimos tiempos son preocupantes. Buscar la igualdad sin asumir la propia responsabilidad en su búsqueda tiene graves consecuencias. Esto no es solo un asunto de mujeres, es la suma también de esa otra parte del mundo, ser más en la defensa de los derechos humanitarios, es decir derechos iguales para hombres y mujeres dentro de la diferencia de género. Pues esto no va de hombres o mujeres, sino de derechos y oportunidades iguales para todos. Lo contrario sería invertir la situación.

Sin restar importancia a algunos de los debates que hoy en día están alrededor del feminismo, como si los piropos son o no machistas, si el lenguaje es sexista (ministros o ministras, miembros o miembras…), olvidamos, a menudo, que el machismo está en las problemáticas sociales o económicas a las que tenemos que enfrentar para conseguir los objetivos de igualdad. También los hombres (algunos) son víctimas del machismo. Es el capital el responsable de las desigualdades, en parte.

Humanismo frente a feminismo, que integre además de la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres, también la libertad de orientación sexual, la marginación racial, e incluyendo a esa parte de la humanidad que no son mujeres, para conseguir una sociedad más justa en la que la diversidad sea una fuente de crecimiento para todos los seres humanos y no un motivo de discriminación.

No olvidemos que también ellos, están desubicados en este nuevo contexto, que hasta hace poco sabían lo que era ser un hombre (hay una crisis de masculinidad) y ahora deben jugar un papel en esta lucha por la igualdad que no saben muy bien cómo. También los hombres se están redefiniendo en la actualidad y nuestra ayuda, sobre todo involucrarnos en la educación en igualdad, más que nuestro enfrentamiento puede favorecer el avance hacia una sociedad más igualitaria.

Y es hora de que nosotras, principalmente como madres, identifiquemos ese “machista” que llevamos dentro y eduquemos a nuestros hijos e hijas hoy para que en el futuro, aunque no siendo iguales seamos equivalentes, y liberarnos por completo del machismo. Porque aunque parezca paradójico aún hoy educamos en función de si es niño o niña, con todo lo que supone de discriminación heredada del patriarcado que nos ha definido durante tanto tiempo. Esa función de educación sí nos pertenece como madres, ahí es donde no podemos hacer delación de funciones, pues revertirá en el futuro.

Educar,  y en paralelo levantar nuestra voz para reivindicar cuando por razón de sexo se produce discriminación en cualquier ámbito de la sociedad, como en el cuidado de los otros, ante la discriminación laboral, en la conciliación familiar que no es igualitaria,…O desterrando estereotipos de rol, ámbitos ocupacionales, en cuanto a rasgos personales o físicos, para conseguir una equidad real. Siempre entonando la responsabilidad que nos toca en este debate. Pero sobre todo defendiendo la diversidad que nos identifica y reivindicando los derechos que como personas, no solo como mujeres, nos pertenecen.

(Dedicado a todas las feministas que «se manifiestan» los 365 días del año)


Imágenes: Sandra Rosado

 

2 respuestas a “Si nos educas igual, seremos iguales

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