Sin él saberlo siquiera, la superación fue una constante en su vida. Nos enseñó que nosotros también somos ellos, los del pasado y que ellos son nosotros también, los del presente. Por eso cada día fue una oportunidad para reinventarse. El sabía que el pasado no muere que es como el recuerdo que nos habita, que nos moldea.
Se trata de ver luz allí donde la oscuridad ensombrece el ánimo. De los obstáculos que el camino diseñó en su viaje hacia el futuro encontró la fuerza para ver las oportunidades que este viaje le ofrecía, porque su meta más importante no era llegar sino superar las dificultades que entraña el mero hecho de vivir. Porque el camino es largo, pero el desafío constante.
Como toda historia que se narra, nos contaba, como un arqueólogo darwinista “buceando” en los avatares de la historia, de su historia a través de materiales, datos, documentos, expresiones de su aprendizaje social en interacción con los otros, nos contaba, que a veces renunciar a un pedazo de tierra testigo de una infancia, que aunque llena de afectos, también lo era de carencias para lograr un porvenir que se entreveía incierto, solo tenía un lectura posible, el desafío constante en el largo camino que sería su seña de identidad.
Si él supiera (sé que lo sabe) que esa decisión de “ayer” cuando partió con solo una maleta de cartón llena de sueños por cumplir, al igual que el Patriarca Jacob cuando abandonó su tierra de Canaán a causa del hambre, era solo el principio de una realidad que traspasaría fronteras….Que hizo de su responsabilidad un estandarte, un espejo en el que mirarnos porque él nos enseñó cuales eran las normas y cual el propósito. Y lo sabría porque también él tuvo la oportunidad de verse en nuestro reflejo que no era sino la superación, su creación solo obtenida mediante el esfuerzo y el tesón, de la que se sentiría (se sentirá) orgulloso. Porque si hoy somos más nosotros, es porque ellos (él) fueron más ellos.
Dedicado a un gran hombre (mi padre), un gran referente y a tantos que como él supieron hacer del desafío una constante y de la superación un viaje.
Imagen: Rosa Rosado
Psicología desde el alma 
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