La relación de pareja, como otros vínculos, tiene su raíz en las experiencias relacionales que se van produciendo desde la infancia. Comienzan con la primera realidad que hacemos de niños en la proyección y la introyección de los objetos según el interés que éstos despiertan en nosotros.
De esa forma se van formando los objetos amados y odiados, objetos que van a configurar el mapa donde se va dando forma a la idea de cómo será nuestra pareja. En esto, la madre juega un importante papel en cuanto a la consolidación de la identidad sexual de la adolescencia, y cómo ha cuidado su desprendimiento, la separación de su hijo, y ha ayudado en el desarrollo de una identidad independiente. También ayuda el resto de relaciones interpersonales con sus otros cuidadores que van a ser relevantes.
Este proceso de separación, de individuación comportará tanto la capacidad de ese sujeto de estar con los demás, como también la capacidad de estar solo. También en la elección de pareja intervendrán todos los factores y guarda relación con el sí mismo.
Tanto si los conflictos vinculares descansan sobre problemáticas no resueltas, problemáticas edípicas o de castración, o que las parejas se funden en pactos narcisísticos bajo los que sostenerse y que persigue un erotismo perfecto y absoluto, es necesario indagar, ante determinados síntomas (problemas de pareja) y buscar qué se encubre detrás de estos síntomas en términos sexuales, disolviendo la diada narcisista y que los sujetos sean capaces de asumir la autonomía y la libertad personal al margen de toda simbiosis que anule o recupere la subjetividad de cada miembro.
Es preciso lograr una mejora de la comunicación en la pareja, para que cada uno entienda que el mensaje que emite está, siempre, atravesado por el mensaje narcisista del Otro y que cada uno debe asumir que cada cual recibe del Otro su propio mensaje en forma invertida.
Imágenes: Rosa Rosado
Psicología desde el alma 
Interesante la observación que haces con respecto a la elección de parejas, hay que resaltar que la madre despierta el eros como impulso para formar nuestra cultura emocional y sexual. ¿implica también que nuestras elecciones suelen ser con sujetos que cumplan las características que encajen con nuestros padres? y para despedirme te dejo una última pregunta, ¿el error en nuestra elección de pareja se debe estas problemáticas edípicas o de castración a las que te refieres?. Pienso que también juega nuestra incapacidad de conocernos a nosotros mismos y la capacidad de amar de cada ser humano.
Un fuerte abrazo, y muy buena entrada!
Saludos.
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Los padres tienen una gran influencia en casi todas las decisiones que tomamos a lo largo de nuestra vida, también en la elección de pareja. Ya que durante mucho tiempo han sido nuestro modelo. Seguramente busquemos de manera inconsciente en nuestra elección de pareja, características de nuestros padres en base a ese modelo que hemos interiorizado. Aunque también hay otros niveles inconscientes, como el instinto que probablemente busque a la persona que desde el punto de vista reproductivo nos atraiga más, o la conciencia de clan, la memoria transgeneracional que busca completar el árbol, por ejemplo.
Estoy de acuerdo contigo en que nuestra incapacidad de conocernos, y de aceptarnos, añadiría, entre otros factores, además de los edípicos, están en la base de nuestro error pero más que de elegir la pareja yo diría que en mantener los lazos afectivos y amar, cosa difícil en una sociedad que busca el placer inmediato y hace de las relaciones amorosas un objeto de consumo. Pero ese sería ya otro debate.
Un placer hablar contigo, y agradezco tu comentario sinceramente.
Un abrazo
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